viernes, 27 de noviembre de 2015

Realidad y querer

Realidad. ¿Qué es la realidad? Hay otra pregunta que me inquieta más: ¿por qué la realidad molesta?, si todos queremos otra realidad más acorde a nuestro bienestar. Todos queremos estar bien, y sin embargo la realidad nos da la ñata contra el piso. Entonces, me dejo llevar por la intuición entendiendo que la realidad no es impuesta. Ahora bien, ¿por quién?, ¿quién es el hijo de puta que hace una realidad tan mal?, ¿cuál es su realidad? El creador de la realidad, ¿tiene otra realidad o es preso de su creación? Con estas preguntas ya me voy hacia la seguridad que nuestra realidad no es nuestra, sino suya. ¿Suya?, ¿será uno solo? ¿Es hombre?

La flaca me dijo que no. Realidad. La flaca debería decirme que sí. Mi realidad, o mi irrealidad. Mi ausencia. La flaca me ofrece su cuello como recompensatorio ante la negativa de darme su corazón. Realidad. La flaca tiene corazón y debiera ser mío. Mi deseo que parece no ser suficiente para modificar la realidad. ¿Y cuál es la realidad de la flaca? ¿Será tan molesta como la mía? Y si la respuesta es afirmativa, ¿por qué no me dice que sí y me da su corazón como una forma de resistencia ante lo que nos avasalla? ¿Alcanza un sí y un corazón para resistir? Si fuese así, ¿por qué otros no lo hicieron? ¿A nadie la flaca le dijo que no y le dio su puente oscuro a los besos iluminados con dinamita que hace volar a cuanto hombre la bese? Lamentablemente un hombre puede ser amputado de sus extremidades pero mientras quede al resguardo el corazón volverá como pueda a esa mujer que entiende que le da pulsaciones. Un hombre no siente que se desprende de su cuerpo, solamente se da por abatido cuando le tocan el corazón, cuando se lo rompen a martillazos de besos, de no, de motivaciones para volver.

Si mi realidad me lástima dicen que debo cambiarla, ¿pero no era qué la realidad era algo ajeno a nosotros? ¿Cómo la cambio, rezándole a Dios? ¿Dios, quién es Dios? ¿Dónde está? La flaca me lastima y no puedo cambiarla porque es mi realidad, es la que me enamoró. ¿Qué es enamorar? No sé, pero no puedo cambiarla. ¿Por qué quiero a quien no quiero querer?, ¿quién me hace querer a este ser?, ¿qué es el ser? Es una contradicción que queramos a quien no queremos querer. Otra imposición. Estamos atravesados por imposiciones:  ¿quién nos impone? Mientas más quiero querer a otra que si quiero querer, quiero más a la otra que menos quiero querer y caigo en sus lastimaduras que hace "sin querer". Lo querible es otra imposición. ¿A quién la realidad le estará imponiendo que me quiera? ¿Cómo se deja de querer? Si quiero dejar de querer ¿recuperaré mi querer para quererme un poco más y cambiar?, ¿qué hay que cambiar? ¿Y si querer no es querer y es una estructuración mental para justificar lo injustificable? ¿Por qué hay que querer? ¿Cómo se quiere?

No tengo hambre. ¿Por qué se me acabó el apetito? Sin embargo estoy con sed, y quiero un poco de Mix Tail. Voy, abro la heladera, tengo un poco que es suficiente para saciarme. Ves, quise, fui, tuve satisfacción y vuelvo a lo que estaba haciendo. El otro querer es algo que no se quiere pero se quiere igual. Y nunca volvemos a lo que estábamos haciendo. Un querer nuevo nos aleja más de lo que éramos y terminamos siendo otra cosa totalmente distinta que será aún más distinta cuando tengamos otro querer. No sé si es otro querer, un nuevo querer o una renovación del querer. Me pasa lo mismo con la realidad, más quiero otra más me alejo de la posibilidad de graficarla, encuadrarla, hacerla mía. Y nunca termino queriendo lo que quiero. La realidad y el querer parecen ser una misma cosa, al menos se mueven por una misma lógica. ¿Lógica?

Mis amigos me dicen que me afecta leer libros de filosofía, que soy insoportable con las preguntas. Puede ser cierto. Pero no sé si me afecta más la lectura o la negativa de la flaca y querer a quien no quiere ser mi realidad: mi tan inconstruible, realizable, manejable realidad. Si hubiese una persona que me construya la realidad quisiera que fuera ella. Pará. Ahí está la clave, boludo. Tantas preguntas para llegar a un fundamento. Ella lo está haciendo o a decir verdad me está haciendo una realidad que me conduce a ella pero no tanto, es decir, como no me puede dejar me mima, me lástima y me vuelve a explotar para que vuelva sumiso a que me cure, me mime y el círculo se hace perfecto. Ergo, la flaca no está siendo mi realidad, no quiere que nos duela la realidad que ella misma está construyendo y me está haciendo otra realidad para escaparse y volver como sombra. Pará, otra vez. ¿Dos realidades? ¿La flaca tiene poderes? Con razón no puedo dejar de quererla.

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