lunes, 30 de septiembre de 2013

Experiencia laboral


He sido paramédico ante los desgarros de tu corazón...
He sido atención al cliente ante las quejas de tus amores de otrora...
He sido taxista ante las ganas de movilizarte por fuera del balcón...
He sido chef ante tu hambre de gloria...
Lo he sido sin dudas.

He sido músico ante la poca composición corporal...
He sido electricista ante la falta de luz en la brujula...
He sido auxiliar ante tu cuerpo en las baldosas mal cocidas...
He sido médico ante tu boca sin sal...
Lo he sido sin dudas.

He sido albañil ante tu autoestima sin cimientos...
He sido carpintero ante tus dibujos llamando a hacer el mal...
He sido psicólogo ante los invariables quizás...
He sido juez ante tu falta de miramientos entre el bien y el mal...
Lo he sido sin dudas.

He sido inversionista ante todo lo que costó llegar...
He sido político ante todo para impulsar la democratización de tu corazón...
He sido gasista ante la evaporización de tu amor...
He sido peón ante usted capataz...
Lo he sido sin dudas.

He sido actor ante la falta de reales alegrías...
He sido pronosticador ante no saber cómo iban a ser nuestros días...
He sido buceador ante mi ánimo hundido...
He sido amigo ante el dolor conseguido...
Lo he sido sin dudas.

He sido cara conocida ante tus reacciones épicas...
He sido refugio ante la lluvia de un rostro sin parodiar...
He sido oyente ante los monólogos sin desatar...
He sido maniquí ante tus disposiciones mágicas...
Lo he sido sin dudas.

He sido pobre ante la riqueza que otros te alimentaron...
He sido amo de llaves ante las puertas complotadas...
He sido cartero ante las cartas que nunca llegaron...
He sido zapatero ante tus pies descalzos y mal atados...
Lo he sido sin dudas.

He sido religioso ante lo imposible de seguir tu credo...
He sido gimnasta ante las pocas veces que hiciste equilibrio...
He sido maratonista ante tu corrida y para ayudarte a alcanzar...
He sido donador ante tu falta de dar...
Lo he sido sin dudas.

He sido televidente ante la necesidad de escaparme del sillón...
He sido realista ante levantarme siempre en el mismo lugar...
He sido jardinero ante el jardín que no desayuna más...
He sido positivo ante tus constantes "jamás"...
Lo he sido sin dudas.

He sido metalúrgico ante tu carencia de resistencia...
He sido extremista ante la utopía de frenar...
He sido gracioso ante la posibilidad que me dejes...
He sido portero ante la posibilidad que no me dejes...
Lo he sido sin dudas.

He sido pintor ante la falta de claridad de tu techo...
He sido medallista olímpico ante las ganas de romper un récord con vos...
He sido traductor ante tu falta de voz...
He sido solitario ante tu ausencia del material adentro de tu pecho...
Lo he sido.

He sido naturaleza ante tanta ciudad...
He sido rescatista ante la exagerada huída...
He sido artesano ante los  muebles que robaste de la caridad...
He sido ladrón ante el anhelo de robarte la boca caída...
Lo he sido.

Lo he sido.
Lo he sido.
Se acabó.
He estado en todos lados.
No estuve en ninguno.

Trabajé de todo.
Trabajé de nada.
Sin dudas que terminé en llamas.
Por suerte lo entendí con antídoto.
Mi peor trabajo fue quererte y no desear nada más.

Busco trabajo.
Sin referencias.
Tiempo completo y a destajo.
Quizás me merecías. Tal vez no.
Aquí está mi corazón....


sábado, 14 de septiembre de 2013

Sueño


Y de golpe... soné contigo.

En el mismo efecto te ubiqué en el orden musical, así que te localicé en algún tango melancólico, en un rock menos metalizado, en las canciones populares- si preferís, comerciales- de radios huecas, en la alegría de la salsa, te senté sobre la esperanza del bolero, la sabiduría de un jazz, en el ritmo del fanky. Nunca me salió escribirte nada de lo anterior, carecí de tiempos, estrofas y estribillos.

Lo posterior fue extraño queriendo acariciar un pasado que muy bien no sé cuándo, cómo y dónde pasó, pero sí qué sucedió: ahí andábamos juntos. Ese beso. ¿Quién podrá describirlo? Fue correr sin la persecución del disco puntual. Mirá que sé sobre sensaciones esporádicas, castillos de arena, casas de barro y ladrillos partidos, el sol apagado, el cuarto-bunker, las mañanas que giran en los anales, la historia que se florea en jardines diez metros adelante, en transpiraciones escalofriantes, las dudas erectas en el mundo acostado, caerse sin la traba ajena, un televisor aburrido y de olvidarse la agenda. Todo se corrió un momento de la tormenta para sumergirse en revelaciones acústicas desconociendo hasta cuándo se podrá cantar si será para siempre o no, nadie te pidió eternidades tan sólo ese beso.

Voy perdiendo el congelamiento a la par de un enfriamiento del corazón.

Te observo tan cómoda en el sillón sin saber cuánto lugar hay para mí siquiera con ver alrededor me alcanza para enaltecer mi figura cambiando de habitación continuamente. Hoy me detengo aquí, quisiera pelear con fundamentos, ideas filosóficas, anécdotas paralizantes de estómagos, sin embargo avanzo con lo palpable: conmigo. Sinceramente desconozco si alcanzará para aferrarme a este lugarcito que te robé, pequeño, ínfimo pero mío.

Un sueño.