Un diario personal. Historias, cuentos, análisis y sobre todo, subjetividad a flor de palabras.
sábado, 14 de septiembre de 2013
Sueño
Y de golpe... soné contigo.
En el mismo efecto te ubiqué en el orden musical, así que te localicé en algún tango melancólico, en un rock menos metalizado, en las canciones populares- si preferís, comerciales- de radios huecas, en la alegría de la salsa, te senté sobre la esperanza del bolero, la sabiduría de un jazz, en el ritmo del fanky. Nunca me salió escribirte nada de lo anterior, carecí de tiempos, estrofas y estribillos.
Lo posterior fue extraño queriendo acariciar un pasado que muy bien no sé cuándo, cómo y dónde pasó, pero sí qué sucedió: ahí andábamos juntos. Ese beso. ¿Quién podrá describirlo? Fue correr sin la persecución del disco puntual. Mirá que sé sobre sensaciones esporádicas, castillos de arena, casas de barro y ladrillos partidos, el sol apagado, el cuarto-bunker, las mañanas que giran en los anales, la historia que se florea en jardines diez metros adelante, en transpiraciones escalofriantes, las dudas erectas en el mundo acostado, caerse sin la traba ajena, un televisor aburrido y de olvidarse la agenda. Todo se corrió un momento de la tormenta para sumergirse en revelaciones acústicas desconociendo hasta cuándo se podrá cantar si será para siempre o no, nadie te pidió eternidades tan sólo ese beso.
Voy perdiendo el congelamiento a la par de un enfriamiento del corazón.
Te observo tan cómoda en el sillón sin saber cuánto lugar hay para mí siquiera con ver alrededor me alcanza para enaltecer mi figura cambiando de habitación continuamente. Hoy me detengo aquí, quisiera pelear con fundamentos, ideas filosóficas, anécdotas paralizantes de estómagos, sin embargo avanzo con lo palpable: conmigo. Sinceramente desconozco si alcanzará para aferrarme a este lugarcito que te robé, pequeño, ínfimo pero mío.
Un sueño.
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