Necesitaba caminar. Salí sin dudarlo un instante. Abrí la puerta del edificio y el viento me empezó a golpear la cara mientras empezaba a caminar, ante cada paso pisaba los pensamiento, los trituraba para no pensar. No quería pensar. No podía pensar. No quería ni podía porque al poder indescutiblemente no quería pensar,¿ para qué intentar si después lo iba a anular?.
Viento y nubes de matiz oscura amenzaban, del otro lado el cielo despejado respondía. Discutían y entre medio una temperatura hermosa que paseaban entre los edificios y la plaza. 19 horas y en Córdoba el sol ya había sido censado y decidió descansar. ¿ Viste cuando pedís salir de la normalidad? Bueno, yo me harté de pedirla y en un día anormal, justamente me sentía raro, algo no cerraba y quizás estoy pidiendo otra vez la normalidad que va ser pedir un día anormal. ¿Contradicciones o lógica?
Día que comenzó a las 9 ante la alarma que avisaba que había que levantarse a estudiar y esperar al censita. No le respondí, simplemente prendí con una mano la radio FM 100 a un importante volumen para mantenerme despierto. Tan sólo 10 minutos después volvió a cantar Charly Garcia y me levanté cantando, bailando y siendo feliz como cada mañana. Me lavé la cara, tomé yogurt de desayuno mientras la pava naranja preparaba el agua para los mates. Un termo. Todo normal hasta ahí. Segundo termo a la mitad y el locutor Lalo Mir dice: “Néstor Kirchner acaba de morir” con una voz de sorpresa y comentando que estaba viendo, en ese momento, la televisión en la radio por ello rápidamente prendí la tele, algo que no hago por la mañana para corroborar. Sí. Murió. Se fue. Intenté con el tercer termo variar el clima, intenté cantar, intenté bailar pero algo se desacomodó.
Córdoba respiraba otro aire por el censo nacional de hoy. No tenía trabajo, no tenía facultad, no tenía más al ex-presidente. Seguí estudiando pero todos hablaban de que falleció el hombre de Santa Cruz, actual Diputado Nacional y Secretario General del Unasur. Almorcé más tarde. Dormí siesta. Todas actividades fuera de las normales que siguieron haciéndome sentir en otro lado, en otro sentimiento. La melancolía se apoderó de mí en un instante y a pesar del baile no pude despegarme, para atrás, para adelante, a la izquierda y derecha me moví pero siempre estaba en un lugar: enla melancolía. Cualquier cosa que hacía me sentía culpable. Ya había sido censado y me sentía orgulloso de aceptar por primera vez la responsabilidad civil pero algo daba vuelta por dentro de mí. Yo sé que ahora tendría que estar enrredado de números e intentando entender teorías económicas en la facultad que está a la vuelta de mi departamento pero estoy escuchando la radio y escribiendo un nuevo post, el tercero en tres días. Rarísimo.
Sólo creo que la anormalidad va seguir variando al cuerpo, lo va a hacer sentir mal y sólo hay que dejarse sentir así. Ayer escribí sobre la muerte y hoy murió alguien importante para los argentinos, aunque Néstor dejó varias cosas para nosotros que ha sido reflejado por los periodistas, artistas, deportistas y opositores. También murió la normalidad que siempre pidó que se suicide pero mañana volverá y todo será normal rogando cambiar la rutina. Por ahora, sólo seguiré cronicando un día normalmente anormal. Acá terminé. Seguiré haciendo cosas anormales esperándote normalidad que vendrás mañana en los primeros minutos de las nueve de la mañana, así que vamos anormalidad a cambiar la rutina e intenta cambiar de energías para recibir la rutina con los brazos abiertos y quizá a pedirles disculpas y decirle “te extrañé” a ella. Sí y mañana querré otra vez estar en casa escribiendo con mates a esta hora después de venir de caminar porque no tenía facultad. Soy así: ¿ normal o anormal? Sólo aceptame.