sábado, 4 de enero de 2014

La pregunta antes de continuar


¿Nunca te preguntaste de que está revestido tu orgullo?

Observo a los alrededores gente que se viste conmigo en épocas de corazones invernados hasta que aparece el sol y en los márgenes del verano camino desnudo. Tal vez mis lágrimas no tengan talle.

Llorar es la bandera blanca en medio de la guerra. Es pedirle consuelo a la tempestad. O algo de consideración. La risa, en cambio, es la expresión de que no fuimos encontrados; realmente descubiertos a la intemperie.

Estoy cansando de estar en este estúpido pasillo de espera, incendiándome el corazón para lograr traspasar por esa puerta doble de hierro un poco de este humo que es mi amor. Sí. Saco número en esta rifa mareada, todos salen haciendo equilibrio a la par, mientras descubro mis lados más inestables. Nadie me llama. No apareces por la puerta. El tiempo juega a girar más velozmente las agujas.

Lloro lágrimas desvestidas que recorren la cara anonadada. Estoy pegando un grito en pantuflas. Mis miedos tienen frío. Si mi única solución es soñar voy a morir congelado en estas sillas negras. Doy con la fantasia que pasa en puntas de pie por el borde de mi cabello jugando a cortármelo al mejor estilo "The Beatles", me grita con tos que busque silencios en sus faltas de respuestas, algo que no había pensando. Te quedas callada desde el otro lado de la puerta sin responder siquiera una consulta; yo te grito las mil preguntas, nunca apago la voz, posiblemente el silencio cante una serenata al consuelo.

Duele y mucho. Es chocar contra uno mismo intentando escapar cayendo en otro dolor, un pozo distinto que pertenece a uno más general, ése que destroza. No quiero ver a nadie. Aunque puedo oír. Si quieres enamorarme hablá, sólo susurra un poco más, hazme imaginar sin que abra los ojos porque si lo hago es que perdí la confianza en la conducción de tus palabras. No soportaré estar despierto ni una vez más.

Esta batalla no es fácil, una sonrisa no la hará más simple, pero la pondrá un poco más simpática. Y yo quiero reír con los ojos cerrados y las puertas abiertas.

¿No me piensas responder?