martes, 20 de julio de 2010

Para vos, amigo

Las palabras se quedan sin emisor, sin mensaje y sin receptor si no estás vos, amigo. No hay nadie que me emita una palabra, término u oración necesaria para las situaciones benébolas y complicadas. Sin vos, amigo, las frases se quedaran vacias y sin contenidos; huecas de donde se las mire. Y sin vos, amigo del corazón, nadie escucharía mis descargos, mis chistes, mis lamentos y mis expresiones de cariño hacia vos, amigo, que estás, que tuviste y que voy a pelear para que estés siempre.


Quizás las circustancias de la vida me han llevado a la timidez y a encerrarme en mi mismo y vos tuviste la llave de la cerradura de mi corazón en donde te instalaste, operaste por dentro y permististe que me abra, que te quiera y que confie en vos, circustancias que estaban dormidas en el sillón oscuro de mi albergue, abrazado a las feas épocas y pidiéndoles piedad. Lo extraño, lo raro y maravilloso a la vez, es que nunca te dí la llave para que la copiaras, me la extrajiste de algún lado olvidado y le realizaste una copia. Esta cerradura tiene en mis manos una llave principal y muy pocas copias, que la tienen ustedes, amigos.


Hoy estoy bien porque tengo a mi alrededor pocos pero grandes amigos de donde me sostengo resistiendo frías brisas de la historia y donde finalmente soy feliz, ahí con vos, amigo, y si no estoy con vos, te extraño y siento que se extravió ese complemento pero son sensaciones momentaneas, porque un mensaje o una llamada tuya me permite cambiar las feas sensaciones.


Paro de escribir, y salgo corriendo hacia un diccionario viejo lleno de polvo y tierra. Lo soplo. Abro y busco muy nervioso la palabra de amigo, no está. Me resigno pero una musa me susurra y me da un concepto simple pero mágico. El término, la palabra, las cinco letras que encierran un sin fin de significaciones simplemente se resume en vos, vos sos mi amigo y sos mágico. Todo lo que pueda decirlo está en vos, mirate hacia adentro y encontrarás lo que para mí significa la amistad. Nada más simple, nada más concreto que vos, amigo.

lunes, 12 de julio de 2010

Sensaciones nocturnas

Sobre un pasillo oscuro una emoción caminaba lentamente y camuflandose en la oscuridad. Yo recostado sobre una cama intentando encontrar una parte de mí olvidada posiblemente dentro de un cajón de mi ropero. Algo no encajaba, una pieza parecía no mancomunar con las otras presentes. No me sentía bien, no me sentía completo ni realizado, sentimiento últimamente ausente en las clases periódicas de la vida.


Duermo a oscuras; renazco con la luz matinal.


El sol me movía de lado a lado, la canción del celular me daba el buen día y el mate matutino me servía el desayuno. Una innata sonriza por el simple echo de estar ahí sentado sobre la silla azul me dió y me da felicidad, pero las horas pasan y el sol se despide porque llega la hora de la cena y el descanso, mucha veces limitado o confinado por el estudio. Y al momento de recostarse otra vez volvía a pensar, sentir, buscar e intentar encajar elementos comunes entre sí, pero las piezas no estaban.


Hace pocos días y con el sol de fondo descubrí algo desconocido. Una imágen que permitió un giro y un click que sonó fuerte y quedó retumbando en mí desde aquel día que lo estoy reviviendo constamente.


Ya es de noche, sobre mi cama y mi computadora apoyada en mis piernas estoy cronicando mis sentimientos, cuando me parece que algo se está aproximando y está cerca de tocarme, siento un perfume tentador, no quiero tomar riesgos de lo que aún no sé qué es, y mucho menos, si estas expresiones de mis sentidos se ven afectados por el retumbre de aquello que observé.


El ver y el sentir son diferentes, el ver engaña y el sentir te amarra. Hoy creo sentirme más amarrado que nunca y ese abrazo empieza a generar un ser completo y encajado en un contexto, pero al verme me empiezo a engañar.