Sucederá como la idea que encuentra el marco para contextualizarse, como el fuego se da con las piedras para generarse y repararse, tal como el sol se encuentra con las nubes para taparse a dormir y como las necesidades encuentran en los bienes su satisfacción, está ese objeto, materia o persona que podrá, con un instante, un sentido o con, solamente, su presencia cambiar un día malo para transformarlo en el mejor.
Fenómeno único, fenómeno milagroso pero presente. Presente, grita. Presente marca ausente en la mayoria del tiempo pero nadie, ni vos ni yo, somos capáz de dejarlo libre porque tan sólo una visita por semana, mes o, hasta, año alcanzará para perdonarlo y quererlo un poco más. Quizás te tira para abajo cuando él no está ahogándote por un tiempo prologado en ese mar que a miles de kilómetros saluda a la arena. El sol quema, la soledad empastilla y la necesidad es el liquido para tragarlas y dejar a la persona al límite del aislamiento social, del silencio total y las ganas de dormir sobre si mismo para siempre.
Del fondo aparece, resurge y del fondo te saca llevándote a la playa para que cambies de ropa mientras él te cambia la cara. El corazón vuelve a bombear sangre caliente mientras el estómago es lavado. La felicidad es indescriptible, inabarcable e indestructible. Dura poco, es verdad, pero es hermosa.
Quizás éstas características la haga tan bella. El ser impredecible, solidaria, eficaz, necesaria, ilógica, excelente y demás, hace que la necesitemos para cambiar el presente. Desaparece porque hay días que se debe estar mal, donde hay que ahogarse para aprender a respirar y soportar las olas que son más altas que nosotros, pero que tienen sus puntos débiles para penetrarlas y encontrarse del otro lado del mar que es el más paciguo. Por eso, abro los brazos para que te vayas. Dale, andá que necesito tocar fondo, aprender y extrañarte. Necesito estar mal, necesito saber que estoy solo pero sé que cuando le pierda fe a todo lo anterior, cuando me insulte por enécima vez, cuando crea que no te voy a ver nunca más y que fuíste el sueño del pérdido, vas aparecer para que el día, mes o año pueda cambiar con tan sólo tu presencia.
¿Díaz? ¡Acá estoy!
¿Presente? ¿Presente?
No llegó.
Ah, bueno...cuando venga retírese con ella que tienen horas libres, aunque usted tendrá volver.
Claro, como siempre.
Disfrútela.
Como cada instante que se transforma en eternidades en excasos segundos.