Cuando giro hacia mi izquierda ya nadie me protege.
El llanto rompe la noche y nunca volverá a ser lo que era. En lo que ya no está ni estuvo mis ganas se cambian de ropa. Queda tu olor, algunos pelos y tu transpiración sobre una parte de la cama que no me animo a pisar con mi cansancio, las ideas brillantes están calvas y no hay nada sexy en mí. Sobre mis cicatrices ingresan tus sueños, miedos, inseguridades, gritos, destierros transformándose en sueños, mis sueños... ya no duermo más. Cambiaste mi vida con luces prendidas y apagadas, alegre y herida, con besos y cachetazos. El tango entristece e identifica mi desamor y su acordeón me hace mover la cabeza, cerrar los ojos y disfrutar que me hayas dejado todo de vos, excepto tu cuerpo, aunque el recuerdo sea el paredón de fusilamiento de la relamida realidad.
En la pieza contigua está la felicidad pensando maniobras milagrosas con alcoholes y cartas amarillas. Somos unos malentendidos que nos equivocamos dulcemente, pero los errores permiten avanzar pero cuando se tensa tira con toda su fuerza para atrás. Éramos la visión de un espejo pequeño intentando vernos de cuerpo entero: éramos gigantes adelante sin fundamento por atrás. ¿El mundo será así? ¿Habremos sido nosotros o lo que gira?
El techo tiene una humedad descarada .
Abajo del colchón hay tierra.
¿Olvidamos? O, ¿olvidamos que queremos olvidar? Me parecería perverso quitarte de mi mente. Y que me saques de la tuya. Te destiné todo lo que tuve, lo que no, para que me saques a las trompadas del lugar del recuerdo. Y vos, no salís de los míos. Porque no te tengo únicamente a vos, me tengo a mí a tu par, mis años, avances, retrocesos, y más. No estoy con borcegos para ir a la guerra, nena. Si querés pelear enfréntate con tus fantasmas armados hasta los dientes. Sonríe un poco más, ya que tus ánimos de enojada lástima lo que dejé en tu cara.
Giro a la derecha.
Entre tanto desecho no me olvido de vos
te extraño cuando tengo alegrías y tristezas.
Eres mi conquista entrañable, y me gusta tu viveza
de entender a un tipo que saboreó la rareza.
Me gusta sentirte viva y que yo viva
de a poco nos vamos acomodando a este bonito pacto
de ir de a poco, diría prácticamente muy despacio
porque a las malas experiencias hay que sacarle su espacio.
No era tan grande la tierra aunque doliese el parto
acordamos vernos a la mitad,
no salíamos casi nunca del lugar del llanto
cuando todo se acaba
un buen lugar es el canto.
Nos cantamos muy desafinados
nos toreamos de antemano.
A tu frío, con desacato al pasado, yo te lo calmo.
mientras a tus tristezas yo les cubro las manos
Te quiero, ante todo
estas de pie al finalizar mis peores días
te quiero más, después de todo
porque me acompañas en mis cobardías.
Hoy son días que necesito pasar lento por vos
quisiera saberte aquí
sin permiso, pago o vergüenza con tos
y que nunca te vayas despacio por atrás
ni que dejé mi felicidad en algún cuerpo más.
Vos.
Todo sería una cuestión de qué lado nos acostamos.
De un lado la soledad y en el otro el amor. En un costado vos y tus restos. En el otro vos y tu futuro.
Lo que viene dice que seguiremos estando.
Te quiero a toda luz aunque atrás no pare de estar oscuro.
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