Tiro el ancla en las ausencias. La avidez gana territorio en el truco cantando re truco. El pelo se cae sencillamente porque nadie lo peina con los dedos. Hace mis buenos ratos que despilfarro oportunidades a propósito.Soy el que renuncia sin cartas, presencias, sino que logro que me echen con motivos. Me apresuro a abandonar personas como por ilusionar a otras que después me despedirán con causales, los cuales fueron minuciosamente diseñados. El despido es primero mi retirada, y después la expulsión. Renuncio a renunciar. Acepto despedidas sin indemnizaciones.
Ando necesitando un abrazo que no este vestido de despedida: muchísimos besos silenciosos, sin motivos. Una limpieza de parabrisas con tus ojos secos, sin aproximación de lágrimas ni desconfianzas. Supe de muchas pérdidas que andan charlatanas de noche. Mis muertes son resultantes de las ajenas que no supe velar. Actúo en consecuencia: agradezco el aire, me asfixio en la confinación de lo que ya no será.
Ese algo, y no sé qué, hace ruido en un espacio vacío. Las pequeñísimas luces fueron testigos de los momentos esperados, que venía postergando. Lo que tanto anhelamos queda mejor como deseo que como posibilidad estructurada de miedos, inseguridades y volátil. Nada explotó, sólo se abrieron viejos deseos que carcomen las necesidades actuales siendo todo un revoltijo de ánimos, lenguaje y visión sobre lo que vendrá. Prosigo desatando presente, calzándome nuevas zapatillas y ajustando detalles.
Si improvisara sería buen par. Si buscara irracionalmente encontraría. Si olvidara desecharía. Si caminara hacia adelante ya no estarías acá.
Me pregunto, de vez en cuando, si alguno de mis besos quedaron por tus hombros, cuello y boca. ¿Lo sentís? El primerísimo primer plano de tu boca sigue siendo el foco de mi zapping en pijama. La evidencia es fotografiada por mis amigos preocupados por el estado de mi casa.
Ya no sé adónde voy. Y ese algo, no sé qué, menos que menos. Pero suma ante tanta resta.
Algo de la otra noche se hace día. Pero ilumina ante tanta noche.
Entre cosas sin definición se desesperan mis espacios vacios. Pero en el movimiento se construyen otros espacios con vos.
Algo cambia. Y todavía no puedo definir ese algo, no se qué. Aunque de una vez por todas debería dejar definirte a vos el sentimiento de poemas sin rimas, ausencia de romanticismo, promesas y planes, y ese no sé qué, que nos hace algo.
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