Medianoche con 30 grados de temperatura, poca humedad y sin la presencia del viento. A mí y a mi cuerpo le encantan. Sobre una esquina un bar me espera, camino por la vereda viendo una importante cantidad de mesas de color madera con cuatro sillas rodeándola. Por dentro gente que elige la ficción climática al estar con el aire condicionado y tomando café, vaya paradoja. Afuera los más salvajes con su cerveza, gaseosa y hasta con botellas de agua. Desfilo entre la gente y allá en la punta bien en la unión entre dos calles hay una mesa vacia. Me dirijo y me siento. La moza gentilmente accede a tomar mi pedido el cual consta de una gasesosa y se retira para saciar mi necesidad. De un bolsillo, mientras tanto, recuerdo haber extraído de la heladera de casa un chocolate que, por suerte, aún mantiene su homogeneidad de esa estructura tan aclamada y rica. Con el pedido completo, el menú perfecto para un espectador exigente como son mis papilas gustativas, empiezo a observar gente.
Buenas noches señora. Saludo a la mujer que vive a la vuelta de la casa de mis padres. ¿ Todo bien, che?, le pregunto a unos ex compañeros de la secundaria que ya tambalean ante el poco aire presente. Por la otra vereda un grupo de gente me sorprende. Bien vestidos, elegantes, engalanados y con una excelente presencia caminan prácticamente sobre el aire para no ensuciarse con lo terrenal, lo sucio y lo real. De la mesa de atrás, la que está pegada al poste que sostiene el techo, escucho:” mirá, allá va la historia y sus amigos” La miro, no me saluda y creo que debe estar influída por los acompañantes, la mayoria de ellos artistas que la asesoran en una imágen que ellos mismos crean.
La historia es subjetiva, no es real, encasilla, juzga y bendice. Ella recuerda, revive, daña y después te da una acaricia de recompensa por haberla estudiado, respetado y aprendido durante años en los colegios, facultad y trabajo, aunque también por ser parte de uno mismo, aunque prefiero llamar a lo personal pasado y no historia, materia creada por el humano para solventar con dibujos creativos los errores que construyó el hombre haciendo ver un reflejo que éso no volverá a pasar nunca más y otra vez vuelve a comenzar.
Los dibujos puede esconder, omitir y soslayar cualquier tipo de error pero cuando se toma un lápiz para formar un circulo, que como circuito cerrado, tiene su punto de inicio y final que es el mismo. Se empieza y termina allí en donde la historia vuelve a revivir para demostrar realmente qué sucedió. Estos son dibujos fríos y bien calculados, pero que tienen un punto débil: la realidad.
Argentina, querida nación cuna de tantos artístas que crearon a su antojo una historia para quedar a la misma altura de los países europeos. Guerras, heroísmo, sueños, sacrificios, andazas históricas y tantos condimentos usados tantas veces y en tanta cantidad en cada item de lo ocurrido tiempo atrás. ¿Por qué la historia no puede ser simple, terrenal con acontecimientos reales y con errores? ¿ Te hace más o menos país? Acaso, ¿ los héroes no erran? Aunque será tiempo de escribir sobre otra mesa, en otra noche y con otro contexto vale destacar que si veneramos a Sarmiento, Alberdi, Roca, Mitre y otros tantos estamos haciendo algo mal y peor aún, que como un chiste de mal gusto, tienen honores constantemente.
Se fue con el aire, con mi vocación, con esta profesión que muchas veces lo dejó de lado para escribir pero volvió el aspecto crítico al blog. Bienvenido, tomá asiento mientras la moza trae elegante pero rápidamente un vaso para el caballero. Gracias por la atención señorita pero me voy con el crítico a charlar, leer el diario y seguir debatiendo con fundamentos, aunque me gustaría quedarme escribiendo hojas y hojas sobre este fenómeno mientras disfruto de la noche de verano en plena primavera pero me debo ir con él. La historia lo jusgará a su antojo pero no me importa, ya que este es mi cierre de post en donde creo que no todas las historias tienen que terminar sútilmente, con delicias literarias, con actitudes heróicas porque simplemente terminan, cierran y golpean bruscamente así.
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