miércoles, 3 de noviembre de 2010

La carta de la resignación

Cuando no se mira a las personas que se quiere les abre inmediatamente las ventanas, puertas y desprende el techo para que tomen su rumbo. Cuando abrazamos efímera felicidad no dan los brazos para continuar abrazando al hermano, al padre, madre, amigo o aquel que lo necesita. Es uno o el otro; un abrazo por turno. Se pintan ventanas falsas sobre pizarrones para dejar entrar un sol- vaya qué sol- que nunca será similar al que está del otro lado peleando contra las persianas, cortinas y puertas intermedias para poder pasar. Es así mi pelea. Mientras las mochilas con demasiado peso, sillones livianos y aireados por no soportar pesos externos y predispuestos a sostener dichas mochilas, pero el orgullo extraído de un aplauso que explotó un poco de aire que merodeaba por ahí hizo respirar soberbia a narices timidas que nada dijeron al pasar.


Zapatos incorrectos, lentes negros. Decisiones incorrectas sin perdón en su formula central. El daño que anda sin antídoto anexado a si mismo. Electricidad que quema y no transmite energía. Llaves, muchas llaves con diversos llaveros enlazados en una confusión. Ninguna llave suelta, todas atadas, todas a la vista, todas pérdidas.


Llaves, puertas, ventanas y tiza. ¿Es realidad o dibujo?¿ Composición de novela o miércoles, casi jueves?¿ Odio generalizado o amistad re-versionada?¿ Soledad o compañía flamante?¿ Preguntas o más preguntas?


Ah, ya sé hasta aquí este escrito es del sol, un sol que soñó y despertó cerca de las 7 de la mañana. Buscó en una nube el papel para escribir con el uso de una estrella y estalló este escrito que envolvió en un pedaso de cielo y envió a la tierra. No tenía reminente, no entendía nada pero un pequeño rayo, que no sé de dónde salió hizo desprender las pestañas para ver todo más claro.


Nada raro, nada diferente sólo un sol que quiere iluminar ante un rechazo generalizado, indiferencia, soles dibujados y un hombre que verano tras verano más pálido va quedando. Reflejo de sus rayos que sobre la nube hacen que vuelva contra sus ojos para ayudar a un proceso que estaba próximo a comenzar: el llanto. El clima toca la puerta, la nube pega desde el cielo el grito por su amigo, la estrella intenta escabullirse por debajo de la puerta pero no puede porque está el Clarín esparcido entre la puerta y el suelo. El sol llama a sus amigas y dice lo siguiente: “ les agradezco su colaboración, sé que nada va a pasar por eso voy a seguir trabajando, voy a cumplir mi función y el que quiera que salga para recibir mi calor, mis nuevos colores para esta temporada para ir dorando pensamientos que en un invernadero se han congelado, mientas las platas no crecen, las malezas se hacen multitudinarias e iguales. Amigas, nada es diferente por la falta de mis verdaderos rayos, la que hace crecer la diferencia y dorar pensamientos ideales para consumir en un bocado de sabiduria”

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