martes, 6 de abril de 2010

Palabras, hechos y algo más

Las palabras me llama en un marco de total silencio en donde nadie se persuade sólo mis oídos. Letras que simulan estar muertas pero me señalan y piden que vaya hacia ellas mientras una nube blanca me espanta. Voy e inimaginablemente me llevan hacia mi pasado. Veo un cerco totalmente hermético con animales chocando una y otra vez contra un alambre electrificado; no se casan: buscan libertad. Una libertad que está sujeta a una llave, a tan solo una. Llave que tengo en las manos pero que pierdo voluntariamente. Siempre la tuve y he tragado la llave ante chismosos espectadores. Un perfecto simulador de mi propia realidad.


Ahora no quiero tocar nada, no necesito revolver tierra ni pastizales.


Me escapo y sigo moviéndome en otro tiempo; dentro de una oración. Me tienen, me sostienen y , hasta, me torturan. Las nubes verdes desprenden gotas que recaen y riegan mis manos titubeantes.


Me disuelvo en pensamientos y me escurro en letras. No escapo de ellas ni tampoco de un pasado que pensaba, calculaba cerrado. Vuelvo a viajar y ya estoy adentro de ese cerco sorprendido, estupefacto, sin reacción. El pasado me da la mano y quiere reconciliarse con el presente: buscando un futuro en común. No es una historia fácil porque está llena de golpes, humillaciones, errores y algunos aciertos. Una historia clausurada por su propio autor.


Algo en el día, tarde o noche me hizo un clic. ¿ Qué será? Acaso, será la necesidad de aceptar mis años y tatuarlo en mi cuerpo, tal vez pueda ser que la impronta de pensar en el futuro me llevo a pensar quién era, de dónde vengo. Sólo realizo conjeturas.


Me siento, hago un pozo y acaricio la tierra mientras el clima se torna tranquilo. Poco a poco mis brazos dejan de estar cruzados y empiezan a extenderse buscando un abrazo sincero, sin rencores ni máscaras. Esperando que Matías aparezca detrás de la oscuridad más cruel, detrás de las bolsas de mentiras miedosas y perdone como tantas veces lo hizo con otros y tan escasamente con él . Volviendo a ser uno, por primera vez ser en cuerpo y alma: Matías Díaz . Aceptando el pasado, disfrutando el presente y soñando con el futuro.


En recepción está la llave...

1 comentario:

Eduardo Castillo Páez dijo...

Porque sé de tus ganas, tus fuerzas y tu enorme pasión por escribir y plasmar en palabras tus pensamientos e ideas, me alegra muchísimo este nuevo emprendimiento y te deseo las mayores satisfacciones y el mejor de los éxitos.

Un abrazo.